En entrevista con El Espectador, Richard Moreno Rodríguez, asesor del FISH, y Diana Leivis Rojas, coordinadora de la organización, hacen un panorama de lo que sucede en su territorio y de lo que se viene para las comunidades étnicas durante el segundo gobierno del presidente Santos.
¿En qué consiste la crisis por la que está pasando el Baudó?
Richard Moreno Rodríguez: La cuenca del Baudó es una de las más lejanas de Quibdó y una de las mas abandonadas por el Gobierno Nacional y el departamental. Según el DANE, el Medio Baudó tiene el 100% de necesidades básicas insatisfechas y el Alto y el Bajo casi el 95%. Y como tiene salida al mar Pacífico es un corredor de tráfico de drogas y armas que van hacía Panamá. La presencia de la guerrilla del Eln es histórica y ahora hacen presencia los paramilitares con las Autodefensas Gaitanistas.
¿Cómo ha cambiado el panorama con la llegada de las Autodefensas Gaitanistas?
Diana Leivis Rojas: Aunque Uribe quiso plantear que allí hubo una desmovilización paramilitar, eso no es cierto. Lo que hicieron fue formar nuevos grupos. Como ellos se dieron cuenta de que el Eln estaba regándose por el Baudó, se unieron los ‘paras’ para combatirlos y aumentar la comercialización de la coca.
El Eln está en acercamientos con el Gobierno para empezar diálogos. ¿Cuál es la actitud de esa guerrilla en el Baudó?
R.M.R.: Les hace falta convencimiento. El accionar de la guerrilla sigue siendo como si no tuvieran la esperanza de llegar a la mesa. Hacemos el llamado de que se sienten lo más rápido posible con el Gobierno y la sociedad civil a buscar la solución a la transformación del conflicto en el que el Eln y el Gobierno son desestabilizadores de la paz en nuestros territorios.
¿La crisis del Baudó se reduce a un problema de orden público?
R.M.R.: No. En el Chocó se muere más gente por falta de atención en salud. El cese de los fusiles en el Baudó no va a superar la realidad de inequidad que hay, pero sí puede convertirse en una oportunidad para que las comunidades tengan la posibilidad de exigirle más cosas al Gobierno y menos miedo.
Si de por sí la comunidad afro es vulnerable, en el caso de las mujeres afrodescendiente debe ser más critico aún. ¿Cómo ha sido la participación de ustedes en ese conflicto?
D.L.R.: A las mujeres las utilizan como botín de guerra para que lleven el paquete, para que raspen la coca, para que estén en los laboratorios. También las utilizan para satisfacción de los actores armados. Ha habido muchas mujeres abusadas y hasta el momento el Gobierno no tiene establecido cuál va a ser el marco de reparación para ellas. Con los desplazamiento son las que más sufren, porque no reciben atención de salud diferencial, hay una tasa de analfabetismo altísima, no hay políticas públicas claras para ellas.
Más de 3.000 indígenas se desplazaron por enfrentamientos entre las Autodefensas Gaitanistas y el Eln en mayo de este año. ¿Qué ha pasado con estas personas?
R.M.R.: Siguen en la misma condición. El hacinamiento que hay en los sitios en los que están esas comunidades es muy alto. La respuesta institucional ha sido deficiente. La solución no es llevar comida, porque cuando son alimentos que no responden a la dieta alimentaria que tiene la comunidad, terminan convirtiéndose en otro problema. Siguen sin saber si hay una posibilidad concreta de saber cuándo van a poder regresar a sus territorios.
¿Cómo les ha ido a las comunidades afrodescendientes en el gobierno Santos?
R.M.R.: En este segundo período es que va a empezar el verdadero gobierno Santos para las comunidades negras e indígenas. Ya lo dijo el mininterior, Juan F. Cristo, hablando mal de las comunidades negras en el tema de la consultiva. También lo hizo el vicepresidente Germán Vargas Lleras. Empieza la guerra frontal contra nuestras comunidades, porque no nos dejamos vulnerar los derechos. Cómo no vamos a ser un problema cuando nuestro territorio, en un 80%, está concesionado a multinacionales.
¿Cuáles son sus peticiones al gobierno Santos?
D.L.R.: Queremos que se establezcan medidas de protección a las comunidades del río Baudó. Que no continúen las fumigaciones con glifosato que acaban con los cultivos y afectan la salud de las personas. Tres miembros de nuestra comunidad han muerto por esto.
R.M.R.: El presidente se comprometió a reglamentar la ley 70 del 93 durante el congreso afrodescendiente que se llevó a cabo en Quibdó. Ha pasado un año y no ha pasado nada. Y debe entender que la consulta previa hay que desarrollarla y no limitarla.
¿Por qué es tan difícil concientizar a los colombianos de lo que está pasando en su territorio?
R.M.R.:Colombia es un país racista y hasta inconsciente. La gente cree que el país es la Costa Caribe, Cali, Medellín y de vez en cuando Pereira. Las ciudades grandes componen el país y el sector rural no existe. Hoy saben que el Baudó existe porque hubo más de 3.000 desplazados.
¿Cuáles serán los alcances de la iniciativa “Baudoseando”?
R.M.R.:Queremos dar a conocer lo que pasa en el Baudó y en el Chocó. Darles apertura a los espacios humanitarios de la comunidad. Queremos decirles a los armados que no son dueños de los territorios, nosotros dirigimos nuestro destino. Establecer unos acuerdos con las instituciones públicas de cómo superar los problemas de las comunidades.