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Actualidad

A propósito de una cumbre. Llegó el patrón

By diciembre 31, 1969No Comments
A propósito de una cumbre. Llegó el patrón

Además, cuatrocientos francotiradores apostados en las azoteas, cuatrocientos vehículos con GPS, 300 cámara de vigilancia, 36 detectores de radioactivos, seis robots antiexplosivos, veinte patrullas inteligentes, dispositivos especiales en cien hoteles, el apoyo de 32 organismos de inteligencia de 27 países, helicópteros no tripulados, 13 vehículos para su caravana. Es el patrón, el traqueto más grande del mundo.

Los lagartos, los sipayos, los empresarios, los petroleros, los mineros, los sacamicas del Estado y los contratistas, todos están de fiesta, el patrón ha llegado, y para mayor felicidad, pasará una noche en la finca, y si Dios quiere, quizás sean dos.

Se ha recogido la basura, se ha escondido a los pobres, a los desplazados, a la prostitución infantil y a los locos. Los cartageneros han sido expulsados de la ciudad, los vendedores ambulantes de patilla, mango y conchas, no van a vender esta semana, las morenas peinadoras de trenzas, perdieron semejante clientela, la playa está cerrada, solo para el patrón y sus amigos.

Se raspó la olla del presupuesto municipal, departamental y nacional, para repintar las estatuas, se ordenó completar a Blas de Leso, se arreglaron las plazas y parques, se taparon los huecos de la vía al aeropuerto Rafael Núñez, se cambió el cableado de internet y de televisión digital. Que no se entere el patrón, todo bien, todo bien.

El patrón mira el paisaje tropical y se le escapa un suspiro, nostálgico recuerda a los buenos amigos del imperio, Rafael Leonidas Trujillo, Francois Duvalier, Anastacio Somoza, Alfredo Stroessner, Antonio Noriega, Augusto Pinochet, Alvaro Uribe, buenos tiempos aquellos, dice el patrón.

El patrón quiere hablar de la guerra, de las bases militares, pregunta cuantos muertos van, averigua del negocio de la salud y de la educación, que a como está el kilo de coca. El patrón dice que no va a hablar de los chicharrones de Cuba, de Guantánamo, de las Malvinas, de la legalización, de los derechos humanos, del medio ambiente o de los 200 millones de pobres latinos.

En la noche, después de unos whiskis, el patrón eufórico dice que seguirá invadiendo países, patrocinando golpes de estado, torturando, y defendiendo la pena de muerte, que no le da la gana de firmar convenios de protección del medio ambiente, en contra de las minas antipersonales o de restricción de armas, y que digan lo que digan, Cuba debe volverse democrática, como ellos.

Finalmente, aparece Santos con corbatín y mantel en el brazo, hace una genuflexión y con una sonrisa coqueta, le extiende unan bandeja con un regalo envuelto en celofán, “la Ley de los derechos de autor”, le dice, “aprobada ayer, con mensaje de urgencia, como nos había pedido”.

Al fondo, Shakira canta: “Oh gloria inmarcesible, Oh júbilo inmortal …”

                                     («Cesó la horrible noche, la libertad de Ublime»…)

Cuadernos del Sur – Fundación Provincia – Nariño.

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