Cuando los hermanos Vicente y Carlos Castaño enviaron a Jorge Humberto Victoria alias ‘Raúl’ y a Elkin Casarrubia alias ‘El Cura’ de llevar las Auc a los Llanos, los paramilitares realizaron una ruta que partió del Urabá antioqueño hacia el Meta, y luego se extendió a Guaviare, Casanare, Cundinamarca y Vichada. En ese recorrido, los paramilitares cometieron múltiples asesinatos de los cuales hasta ahora sólo se recuerdan las masacres de Mapiripán, La Picota y Caño Jabón.
A partir de las versiones de varios ex paramilitares, la Fiscalía pudo reconstruir algunas de las masacres que cometió el Bloque Centauros durante casi 10 años. Para delinquir en los Llanos, lo primero que hicieron ‘Los Urabeños’ fue aliarse con ‘Los Buitragueños’ de Héctor Germán Buitrago alias ‘Martín Llanos’ y con los ‘Carranceros’ a cargo de José Baldomero Linares alias ‘Guillermo Torres’. El grupo estaba integrado por al menos 120 hombres que el 14 de julio de 1997 cometieron la primera masacre en el Meta, conocida como la de Mapiripán. Ese día 60 personas fueron asesinadas a orillas del río Guaviare, acusados de ser presuntos guerrilleros.
Según la Fiscalía, el mismo grupo paramilitar se alió con el de Manuel de Jesús Pirabán alias ‘Pirata’, quien también llegó del Urabá y para ese año delinquía en San Martín, Meta. Se movilizaron en camiones desde ese municipio, bajaron por Granada y el río Ariari en busca de Caño Blanco. Sin embargo, no lograron llegar a esta inspección sino al municipio Fuente de Oro, a 15 minutos de Granada. Después de instalar varios retenes en la vía, entre el 24 y 25 de noviembre de 1997 asesinaron en esa ruta a por lo menos 15 personas, entre ellas, un sordomudo que por su discapacidad no entendió la orden de pare. A esta masacre se le conoció como Caño Blanco, un sitio en el que, según los ‘paras’, para esa época se reunirían los comandantes de la guerrilla.
En menos de un mes, los paramilitares cometieron otra masacre conocida como La Picota I. Según la Fiscalía, Los ‘Buitragueños’ dirigidos por William Fredy Ortiz alias ‘Chorote’, ‘Los Carranceros’ a cargo de Rafael Salgado Merchán alias ‘El Águila’ y los ‘Urabeños’ dirigidos por Dairo Antonio Úzuga alias ‘Otoniel’ se reunieron en jurisdicción de Puerto Gaitán, bajaron por el margen izquierdo del río Manacacías hasta llegar a un sitio como conocido La Picota. En la vía asesinaron a dos presuntos guerrilleros que se transportaban en una moto. Con estas muertes, el grupo casi sumaba 20 muertes en lo que llamaron el ‘Diciembre Negro’ de 1997.
Más muertes
Los paramilitares luego se organizaron en cuatro grupos, como lo contaron Elkin Casarrubia alias ‘El Cura’ y Dúmar Jesús Guerrero alias ‘Carecuchillo’ durante la versión conjunta del 6 de octubre de 2010. Las Cobras, dirigidas por alias ‘Richard’, Las Águilas, por alias ‘Belisario’; Los Dragones, por alias ‘Otoniel’ y Los Platinos, dirigidos por alias ‘Coco’ reunieron 180 hombres y asesinaron el 4 de mayo de 1998 en la ruta hacia Caño Jabón, a por lo menos 27 personas señaladas de ser presuntos guerrilleros, aunque alias ‘Carecuchillo’ aseguró que las víctimas podrían ser 35.
El 4 de junio de 1998 los paramilitares asesinaron a otras 8 personas en un sitio conocido como El Planchón, en el cruce de una vía hacia Vichada. Según la versión de algunos de los responsables de esta masacre, en ese lugar ‘Los Carranceros’ tuvieron un roce con ‘Los Buitragueños’, porque uno de Los Buitrago mató a un señor cercano a los paramilitares dirigidos por ‘Guillermo Torres’. El 6 de julio de 1998, el grupo paramilitar realizó otro desplazamiento en el sitio La Picota y asesinó a cinco indígenas y a otras dos personas, en lo que se conoció como la masacre de La Picota II.
Según la versión del 4 de octubre de 2010 de alias ‘El Cura’, los paramilitares luego se concentraron en diferentes puntos de jurisdicción del municipio de San Martín, sobre todo en Cachama, un punto estratégico para movilizarse hacia Mapiripán y Cacibare. A esta zona la llamaron de “descanso”, incluyendo algunas fincas que ellos apodaron como La Ranita, Pecho Peludo, Casa Roja, Macondo, El Refugio, El Tractorista, La del Gringo, Guaimerú, Manacacías, Siberia, La Reina y Santa Rosa.
Antes de que los hermanos Castaño lo enviaran al Valle del Cauca como jefe del Bloque Calima, en julio de 1999, ‘El Cura’ aceptó otros crímenes en jurisdicción de San Martín. “Mandé a alias ‘Pollo Roger’ para que pusiera un retén entre Cachama y el río Manacacías. Él controlaba esa vía, requisaba y pedía papeles. Ahí mataron a la señora de la peluca”, dijo ‘El Cura’.
Después de 11 años, el 7 de octubre de 2010, ‘El Cura’ les reconoció a los familiares de Liria Alcira Vizcaíno que la habían asesinado el 9 de marzo de 1999. “La señora venía para Cachama en un una camioneta donde venían otras personas. ‘Pollo Roger le dio la orden de que se bajara, pero la señora les salió con grosería. A ‘Marihuano’ también le respondió feo. Entonces yo di la orden de que la mataran. Cuando la cogieron por el pelo, se dieron cuenta que tenía una peluca. Supe que la bajaron del carro, la golpearon y luego la enterraron en una fosa al lado de una casa”, dijo.
Aunque algunos cuerpos fueron enterrados en fosas, otros fueron arrojados al río Manacías desde el planchón de Cachama. “Por información de alias ‘Marihuano’ mandé a ‘Cara de Ñame’ a capturar a un tipo que era miliciano. ‘Marihuano’ lo interrogó, lo mató y lo tiró al río. A veces a los cuerpos les sacábamos los órganos para que los pescados se los comieran rápido. Era una forma de no calentar la zona”, contó alias ‘El Cura’.
Con esta frase, ‘El Cura’ explicó la orden de los hermanos Castaño en 1999, de ocultar al máximo los asesinatos. Sin embargo, las masacres que vinieron después mostraron lo contrario.
Otras masacres
Según las versiones de los ex paramilitares, la Fiscalía tiene registro de otras masacres que cometieron los paramilitares en su recorrido del Meta hacia el Guaviare y Vichada. En 1999 asesinaron a cinco jóvenes que venían de jugar un partido de fútbol y al papá de uno de los ellos en un caserío sobre los límites del Meta y Guaviare. A esta masacre, que dejó seis personas desaparecidas, se le conoció como la de Puerto Arturo.
Después de la masacre de San Teodoro, inspección del municipio La Primavera en Vichada, el 3 de mayo de 1999, los paramilitares regresaron al municipio Puerto Rico, Meta, donde el 19 de septiembre asesinaron a seis personas, entre ellas, a un hombre señalado de ser el papá de la guerrillera alias ‘Jaqueline’, que luego fue jefe del Bloque Oriental de las Farc. “Ese día 80 encapuchados, vestidos de camuflado y armados, entraron al pueblo y con lista en mano seleccionaron y mataron a las víctimas”, contó Manuel de Jesús Pirabán alias ‘Pirata’.
El 7 de junio de 2001 alias ‘Guajiro’, Luis Miguel Hidalgo alias ‘Ratón’ y Virgilio Hidalgo alias ‘Ratón Grande’, del Bloque Centauros, participaron de una masacre que se conoció como Buenavista. En una inspección en la antigua vía de Bogotá a Villavicencio, los paramilitares asesinaron a una señora a quien señalaron de ser auxiliadora de la guerrilla, así como a otras tres personas que estaban en la tienda que atendía la víctima.
El 26 de agosto de 2001, alias ‘Sebastián’, ‘Mario’, Carlos Augusto Antiga alias ‘Cacha’ y Benjamín Parra alias ‘Cony’, del Bloque Centauros, llegaron al barrio La Reliquia, en Villavicencio, y asesinaron a cinco personas. Según la versión de alias ‘Cony’, él identificó a un joven apodado ‘Rolo’, lo sacó del balneario de la zona y lo mató. Luego, los otros paramilitares dispararon contra un billar, donde presuntamente estaban los amigos de ‘Rolo’, acusados de ser guerrilleros. En esta masacre, conocida como la del Billar El Imperio, fueron asesinadas 5 personas.
En otras versiones libres, los paramilitares del Bloque Centauros también reconocieron la masacre de Chipaque, ocurrida el 12 de noviembre de 2001. Por orden de alias ‘Butifarra’, Virgilio Hidalgo alias ‘Ratón Grande’ y Hernán Cabrera alias ‘Palizada’ asesinaron a cuatro personas en una tienda ubicada en ese pueblo sobre la vía a Villavicencio. En la versión, los ex paramilitares contaron que tenían la orden de matar a dos hombres señalados de ser guerrilleros, pero en el tiroteo asesinaron a dos más.
Entre las más recientes masacres registradas están la de Guacavía, en el municipio de Cumaral, en Meta, el 26 de enero de 2002. Ese día los paramilitares asesinaron a seis personas a las 6:30 p.m. en un estadero ubicado a orillas del río Guacavía.
El Bloque Centauros cometió cientos de asesinatos y desapariciones en su ruta por los Llanos. Por eso, cuatro fiscales de Justicia y Paz están dedicados a investigar los crímenes cometidos por los paramilitares en Meta, Casanare, Guaviare y Vichada, además de los que han mencionado en menor proporción en algunas zonas de Cundinamarca, Tolima y Boyacá.
Un informe presentado por la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, actualizado al 11 de abril de 2006, registra los cientos de asesinatos cometidos por los paramilitares..
*La justicia tendrá que verificar la veracidad de lo que dijeron alias ‘El Cura’ y ‘Carecuchillo’