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Comunicaciones CIVP / 

«La salud física y espiritual de uno es responsabilidad de toda la comunidad», eso dice Jarrinson Aguirre Castro, representante legal de la Asociación Juntos por el Progreso Jóvenes y Mayores,  en el marco del décimo encuentro de saberes medicinales ancestrales, un evento apoyado por la Coordinación de Consejos Comunitarios  y Organizaciones de Base del pueblo negro de la Costa Pacífica del Cauca (COCOCAUCA) donde concurren medicos y médicas tradicionales de toda la región para compartir sus conocimientos buscando reconocer los saberes propios de las comunidades étnicas. El evento se realiza este 30, 31 de agosto y 1 de septiembre en Guapi.

Allí se habló de los «curaos», aquellos preparados de yerbas que sirven para varias dolencias, o de la manera de tratar «el espanto», una enfermedad que afecta particularmente a las víctimas del conflicto armado. Leoncio Cuero, medico tradicional de Guapí, enseñó una manera para medir y diagnósticar   el espanto, o la médica tradicional Rosaura Sinisterra compartió sus saberes sobre la forma de curar las lombrices en los niños. «Nosotros usamos el paico, le damos la tomita a los niños» explicó Sinisterra, «cojemos las hojitas una por una, usamos limoncito, ajito, lo molemos y lo servimos y se lo damos al niño».

La jornada del 31 de agosto empezó con una armonización del espacio llevado a cabo por la médica tradicional Francisca Agüiño Torres Vidal del Consejo Comunitario Del Río Guajui. La forma como el conflicto armado afectó los saberes tradicionales y ancestrales de las comunidades será uno de los tópicos a investigar durante las labores de la Comisión Interétnica de la Verdad del Pacífico (CIVP).

Leyner Palacios, secretario general de la CIVP, asistió al evento e hizo un llamado a que los saberes ancestrales sirvan para encontrar una salida a la difícil situación por la que atraviesa la construcción de paz en nuestro país, a propósito de la reciente crisis que se ha desatado por el regreso a las armas de un grupo minoritario de miembros de las FARC. «Creemos que con las afectaciones que ha sufrido el territorio con las fumigaciones, con la minería, se ha alterado la savia que puede contenerse en las plantas» puntualizó Palacios, «queremos entender desde la Comisión cómo el conflicto causó daños a la espiritualidad y la concepción cultural de nuestras comunidades».

A continuación compartimos una serie fotográfica, cortesía de COCOCAUCA.