Al igual que los otros seis restos encontrados este año bajo la coordinación de la Unidad de Justicia y Paz con sede en Cali, no se tienen detalles de identidad ni tiempo de fallecimiento, a la espera que Medicina Legal en Bogotá entregue los resultados.
«Creemos que son personas que han sido registradas como desaparecidas pero no tenemos claridad científica si son de este año o de anteriores», precisó Arroyo quien cuestionó la tardanza en estos procesos al indicar que «si fueran restos de famosos ya se tendría toda la información».
Igualmente, cuestionó la falta de interés que han demostrado algunos funcionarios de la Fiscalía en este proceso de esclarecimiento de los desaparecidos, por lo que se ha tenido que recurrir a entidades como la Unidad de Justicia y Paz y el apoyo de delegados de la OEA.
Sobre estos hallazgos la Brigada Fluvial de Infantería de Marina señaló que ellos han estado prestos a la colaboración con los organismos de justicia y que ha sido a través de ellos que se ha ingresado a las zonas donde se presume la presencia de cadáveres sepultados.
En el último caso se contó con un anónimo que hizo llegar un croquis de la zona, lo que permitió la ubicación. Vecinos de esos lugares de baja mar han sido muy recelosos de suministrar información por temor a represalias y porque señalan que los mismos actores armados que produjeron esas desapariciones y muertes violentas se encuentran en la zona con diferentes denominaciones delictivas.
Entre los sitios donde se han encontrado restos óseos están la carretera que va al aeropuerto, sectores aledaños al barrio Antonio Nariño y el corregimiento de Raposo.
En otros sitios como la isla Calávera, frente al barrio Lleras, se han escuchado muchas versiones de un cementerio clandestino, pero al llegar al sitio, por la condiciones constantes de cambio de mareas no han encontrado restos, pero sí vestigios de los mismos.
Según una fuente de la Fiscalía, se han encontrado cuerdas atadas a los manglares, jirones de ropa, chuspas y otros elementos que podrían dar indicios de que allí habían arrojado cadáveres.
Según el CTI y la misma Personería, el número de desaparecidos estaría en un promedio de 36 este año, pero según otras fuentes como ONG la cifra puede ser superior a 60.
«La gente no denuncia por temor, por miedo, pues en muchas ocasiones los victimarios están en su barrio o son conocidos», enfatizó Arroyo.
Tomado de El país de Cali
