El caso ocurrió en el departamento de Chocó (noroeste), fronterizo con Panamá, donde en 2007 se vivió un drama en las poblaciones de Carmen del Darién y Riosucio por la enfermedad de varios menores de edad que sufrieron diarrea y vómito.
En total murieron 38 niños, tras lo cual los médicos establecieron que el origen de la enfermedad fue la aguda desnutrición por la pobreza de sus familias.
Los padres de los menores decidieron presentar una demanda por 18 mil millones de pesos ante el Tribunal Administrativo de Quibdó.
Un dirigente del cabildo indígena del Bajo Atrato, Víctor Carpio, dijo que el culpable es el Estado porque en esa región «no hay atención en salud».
De otro lado, la Organización Nacional Indígena, ONIC, denunció que la desnutrición crónica afecta a más del 90 por ciento de los niños indígenas del Chocó y alerta sobre las hambres intensas que soportan.
El investigador Jesús Flórez aseguró que se incrementó la mortalidad infantil por esta causa y según cifras del DANE, es de 63 por cada mil habitantes. La mayoría de comunidades soportan hambres porque fueron expulsados de su territorio como consecuencia del conflicto armado y los proyectos de explotación de recursos minerales.