La portavoz de la organización no gubernamental (ONG) Foro Interétnico Solidaridad Chocó (FisChocó), Ivonne Caicedo, dijo que los lugareños cortaron el tráfico fluvial por los ríos San Juan, Condoto, Sipí y Tamaná, entre otros.
Las vías fluviales fueron interrumpidas en la tercera jornada de la movilización de las minorías étnicas, que el pasado domingo salieron a las carreteras para rechazar una campaña de fumigación aérea de cocales con el herbicida glifosato.
Caicedo reiteró desde Quibdó, la capital departamental, que las comunidades no están de acuerdo con la siembra de matas de cocas en sus territorios colectivos y ancestrales, pero que tampoco aceptan el método de aspersión aérea para erradicarlas.
Según ellas, la aspersión del herbicida ha causado daños a la salud humana, los cultivos legales, los animales domésticos y las fuentes de agua.
Las fumigaciones, a cargo de la policía antidrogas, comenzaron hace semana y media, y tienen como objetivo la destrucción de cerca de 4.500 hectáreas de cocales de la región, en la frontera noroeste con Panamá.
Cerca de 2.000 hectáreas han sido asperjadas hasta ahora, dijo la portavoz de la ONG, e indicó que las comunidades insisten en la suspensión de esta actividad.
La solicitud fue formulada por primera vez en un mensaje al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, enviado el pasado día 25 por cinco asociaciones de comunidades campesinas chocoanas, con el apoyo de ONG de defensa de derechos humanos y la Iglesia católica.
Los lugareños son también respaldados por la FisChocó, que reúne a 58 organizaciones sociales de la región y que el martes se hizo eco de las protestas.
La movilización de rechazo se inició con el bloqueo al tráfico entre el interior del Chocó y el departamento vecino del Risaralda, que es una de los dos con las que esa región tiene conexión terrestre.
