Desde 1920 cuando los ingleses de la Raymon Concrete Pile Company lo construyeron, el viejo puente de El Piñal, que une la zona insular con la continental de Buenaventura, ha desafiado victorioso todos los oprobios de la modernidad.
Este viejito de 93 años ha visto desfilar por su espinazo de hierro y concreto desde los viejos Ford que llegaron a principios del siglo XX al puerto, hasta las pesadas maquinas del ferrocarril del Pacífico, pasando por las 40 toneladas de cada una de las más de 2.500 pesadas tractomulas que lo cruzan diariamente hasta los modernos vehículos de todas las marcas que entran y salen del puerto.
El puente que antes de 1929 fue de madera que había que estarla cambiando constantemente para que no se fuera al mar, pocas enfermedades ha sufrido, escasas hendiduras que sanaban los expertos con Sika, golpes de barcos costaneros que se pegaban a sus orillas y el óxido y la sal de mar que poco daño le hicieron a sus potentes y bien construidos pilotes que emergen de la bahía de Buenaventura.
Los ingenieros que también construyeron otras obras como el terminal marítimo de Buenaventura dejaron un puente que ha perdurado en el tiempo como el ejemplo de una ingeniería con proyección futurista.
Nunca se imaginaron que las pesadas tractomulas pasarán como si nada, sobre él, pero la construcción de hierro y concreto, de la mejor calidad, le aseguraron a Buenaventura una obra para más de un siglo.
A este sector lo denominaron, cuenta algunas personas de edad, como la señora Arnobia Ruiz, porque en el sitio se cultivaba mucha piña, con la construcción del puente, luego las bodegas para los productos que llegaban en los barcos de toda la costa y las viviendas, este cultivo fue desapareciendo.
El Piñal surge casi al mismo tiempo que el ferrocarril y el surgimiento del terminal marítimo de Buenaventura.
Prácticamente la Buenaventura de ese tiempo que no pasaba de 5 mil personas no pasaba del puente de El Piñal en la zona insular o isla de Cascajal como se le conoce.
El bombazo de la Farc
A pesar de no existir una debida labor de mantenimiento el puente, éste se mantenía en muy buena forma, obra fundamental y estratégica para el comercio internacional colombiano.
Pero una madrugada del 11 de noviembre del año 2000 una fuerte carga de dinamita, colocada por el 30 frente de la guerrilla de las Farc, destruyó una gran porción de unos de sus accesos en la parte insular.
Un gran foramen, entre hierros retorcidos se formó donde fue a caer un taxi y un hombre murió.
Desde ese momento la historia del puente cambió para siempre, en ese momento estaba por terminarse la construcción de un nuevo puente alterno que no contaba con vías de acceso.
Dada la emergencia producida por el atentado el Gobierno Nacional aceleró la terminación de este puente mocho evitando así que la ciudad-puerto y el comercio internacional colombiano quedarán incomunicados.
Del viejo puente se siguió utilizando un carril que había sido adecuado por la CVC en su plan de desarrollo luego de cambiarse el tendido férreo que pasaba por allí para un lado del puente alterno.
Tras el atentado y luego de las evaluaciones realizadas por los técnicos surgieron dos opiniones sobre el futuro del puente.
El exalcalde de Buenaventura José Félix Ocoró, ingeniero, conceptuó que no había necesidad de demoler totalmente el puente, mientras que Invias sostuvo lo contrario.
“No comparto la idea de demoler un puente que puede ser reparado por menos de 500 millones, además de ser un símbolo histórico de Buenaventura», destacó el mandatario en su momento.
Invias argumentó que se corría riesgo si se utilizaba el mismo, insistiendo en derruirlo para construir uno nuevo.
Sin embargo previo al inicio de obras el foramen dejado por la explosión fue rellenado y la vía derecha del puente puso ser utilizada provisionalmente en algunos momentos cuando el tránsito se hacía más complicado cuando la construcción de la doble calzada.
No se presentaron inconvenientes, el viejo puente de El Piñal mostraba toda su fortaleza, aunque el transporte era restringido solamente a vehículos livianos.
Finalmente el alcalde Ocoró cambió de opinión indicando que era necesaria su demolición acogiéndose al pronunciamiento de Invias. La suerte del puente estaba echada.
8.000 millones no fueron suficientes para tumbarlo
A finales del año 2008 Invias contrató a un consorcio colombo peruano, CFC-116, para construir un nuevo puente para lo cual destino más de 8.000 millones de pesos.
Se presentaron al público los diseños del nuevo puente que reflejaba un gran atractivo estructural atirantado, casi similar en proporción al estilo del puente de Dosquebradas, Risaralda.
Casi un año estuvieron los constructores tratando de demoler el viejo puente que se negaba a desaparecer, al final no pudieron, la plata al parecer se agotó y la obra fue abandonada, quedando en los estrados judiciales por más de tres años, donde apenas el año pasado se logró desentrabar el lío jurídico lo que le permite a Invias a buscar una nueva obra.
“Estamos investigando qué fue lo que pasó con estos dineros, de seguro habrá responsables”, dijo la ministra del Transporte Cecilia Alvarez.
El puente, luego del fallido contrato, quedo, ahora totalmente incomunicado en sus vías de acceso, ofreciendo peligro para los vehículos que circulan por la zona.
“No pudieron con el puente, eso demuestra lo bien que fue construido, y que no tenía tan graves problemas, se había podido recuperar con mil millones de pesos”, dijo un ingeniero local.
Otro intento
Recientemente Invias anunció un presupuesto de diez mil millones de pesos para la construcción del nuevo puente, la mayoría de estos recursos con vigencias futuras.
La obra se construiría en concreto reforzado y estaría listo su construcción en 17 meses.
Para observadores locales este dinero no alcanzaría ni para acabar de derruir el viejo puente , menos para hacer uno nuevo.
El sector portuario considera que los dineros que se van a invertir en esa obra que podría quedar inconclusa se deben utilizar como una cuota inicial para comenzar a construir un nuevo puente por el sector del barrio Punta del Este que sirva para conectar la vía alterna interna con la isla pasando por el barrio La Inmaculada y que desembotellaría de forma concreta el acceso vial al puerto.
Tomado de Elpais.com.co