Este equipo está conformado por especialistas en temas de ciudad y gestión pública al más alto nivel que ha llamado “gabinete de pares”, entre los que se encuentran Alonso Salazar, Eduardo Cifuentes, Cecilia María Vélez, Antonio Gómez, Manuel Rodríguez, Fabio Villegas, Eduardo Pizano, María Paula Duque, Armando Montenegro, Judith Pinedo y Héctor Riveros.
En entrevista con la Corporación Nuevo Arco Iris, Héctor Riveros, exsecretario de Gobierno de Bogotá, habla sobre las tareas que llevaría a cabo este grupo de personalidades y los desafíos que enfrenta el municipio de Quibdó.
Corporación Nuevo Arco Iris (CNAI): ¿Que se busca con este grupo de personas que conforman el gabinete de pares en el municipio de Quibdó?
Héctor Riveros (HR): El gabinete de pares es un grupo de personas que tienen reconocimiento a nivel nacional y que cumplen dos funciones, una que es la de una especie de junta directiva que asesora en temas de ciudad a la alcaldesa y otra que es la de tutorías y padrinazgo, para esto cada uno de nosotros ayudará a conseguir los recursos que se necesitan para ejecutar una gestión de buen gobierno.
CNAI: Cuál es el mayor desafío que enfrenta la ciudad de Quibdó en estos momentos?
HR: El mayor desafío ya se dio y es la decisión política de cambiar la manera como se ha venido gobernando la ciudad de Quibdó. Lo anterior, siguiendo el ejemplo de ciudades que se han destacado como Santa Marta, Buenaventura, Barranquilla, etc.
CNAI: Para que estos cambios en Quibdó pasen de la palabra al hecho, tendrán que pasar varias administraciones ¿Si considera que existe la suficiente voluntad política para que se continúe en este camino luego de que Zulia Mena termine su periodo al frente de la alcaldía?.
HR: Hay unas lecciones aprendidas en distintos procesos locales en Colombia que Quibdó debe considerar. Una de estas es que se garantice la continuidad de las políticas públicas que se desarrollen. Eso no ha sido fácil, a pesar de que hay ciudades donde se ha podido llevar a cabo este ejercicio. Bogotá por ejemplo tuvo unos procesos en los que hubo continuidad en los planes durante algunas administraciones, siendo la de Samuel Moreno la regla de excepción y hoy vemos el mal que se le hizo a la ciudad al no sostener la gestión que desde atrás se venía desarrollando, y hoy la ciudad se encuentra una situación compleja.
CNAI: ¿Cuáles son los puntos claves para que la hoja de ruta que se trace en Quibdó no tenga tropiezos?
HR: La primera es la inclusión de la población en la toma de decisiones. En estos momentos existe un gran interés de la gente en participar en la formulación del plan de desarrollo. El segundo es armar un colectivo y un equipo de personas que garanticen los planes de continuidad hacia el futuro.
CNAI: ¿Han pensado que en la continuidad de los planes se podrían atravesar actores políticos que jugaría en contra de la apuesta de renovación, como la familia Sánchez Montes de Oca?
HR: Lograr una gran aceptación como lo tiene la alcaldesa Zulia Mena en Quibdó y enfrentarse a las mafias políticas es bueno, pero para los ciudadanos no es suficiente. Las personas están pidiendo cambios rápidos. En el caso de este municipio hay una larga tradición de permanencia en el poder de estas mafias políticas de corrupción y no se logramos compensar otros sectores sociales que recibirían beneficios públicos muy notorios, se podría perder el respaldo y por supuesto la guerra contra este fenómeno.
CNAI: ¿Y de cuánto podría ser el plazo mínimo para que estos resultados salten a la luz pública?
HR: Si dentro de seis meses no comenzamos a mostrar hechos, estaríamos condenados a perder el respaldo de los habitantes en Quibdó. Aquí no nos podemos echar el cuento de que este es un proceso a largo plazo y de que estoy ordenando la casa, porque los ciudadanos no esperan.
CNAI: El reto entonces sería muy grande si se tiene en cuenta que Quibdó es un municipio con atraso no menor de diez años y un caos enorme en su administración?
HR: En mi opinión la situación de crisis tan profunda en el municipio de Quibdó en lugar de dificultar el trabajo, lo haría más fácil, porque está tan mal que cualquier cambio por pequeño que sea salta a la vista. La propuesta de Zulia es no hacer más de lo mismo, sino por el contrario llevar a cabo planes que parezcan imposibles de realizar.
CNAI: ¿Planes como cuales?
HR: Por la mente de un colombiano jamás pasaría la idea de considerar a Quibdó como un centro para generar empleo, pero en ese propósito estamos y para esto hemos pensado en instalar un primer centro de atención y asesorías a través de llamadas telefónicas (Call center). No es la gran panacea, porque se trata de un oficio básico de salario mínimo, pero es un empleo formal. Tenemos alianzas con diversos sectores entre los cuales está una empresa que se ha ofrecido a montar un primer centro de operaciones en Quibdó, que ya tiene clientes. Esto nos permitiría cumplir una meta que nos hemos propuesto y es la de tener al finalizar el 2012, unos 300 o 400 jóvenes vinculados a ésta labor, y la meta a dos años es llegar a los dos mil, que es el 25% de las personas que no tienen empleos en Quibdó.
CNAI: Con todos los problemas fiscales que tiene el municipio según las denuncias de la propia alcaldesa, surge una pregunta y es ¿de dónde saldrían los recursos para darle inicio a estos planes, si el monto total de las obligaciones desbordan el presupuesto municipal?.
HR: Si la alcaldesa se dedica a solucionar los problemas que deja la administración anterior pierde, no le alcanza el tiempo. No estoy diciendo que uno deba hacerse el de la vista gorda, pero si tiene que tener la mirada puesta más allá, porque si Zulia se dedica a pagar obligaciones, pierde. A mi modo de ver, “el líder no es el que resuelve problemas, el líder es el que transforma a una sociedad” y eso es lo que espero de la alcaldesa de Quibdó, porque para resolver podríamos buscar un gerente.
CNAI: Quiere decir que no sería válido aplicar la fórmula de la administración de Juan Martín Caicedo Ferrer en Bogotá, de no hacer mayores inversiones y si en cambio pagar las deudas que tenía ciudad en ese entonces.
HR: No estoy diciendo que se paguen las deudas, pero si se podría pensar en aplicar fórmulas como por ejemplo, que el municipio entre en la ley 550 (De quiebra), podría ser una solución, no lo hemos planteado, pero pienso de manera personal, que es una salida que le serviría, porque esta norma no solo permite evitar embargos, sino además le quita la alcalde la capacidad de administrar los pocos recursos que tiene el municipio.
CNAI: ¿Cuál debe ser la apuesta productiva en Quibdó para que las cifras en pobreza cedan?
HR: Desde mi perspectiva la apuesta productiva de Quibdó tiene dos aristas, una que es insertarse en la economía de los servicios y otra en el campo de la investigación científica. No considero que se le deba apostar al sector industrial en la región, porque generaría un impacto ambiental negativo en la riqueza natural no solo del municipio, sino del departamento en su conjunto.
CNAI: ¿Como apostarle al campo de investigación científica si no se cuenta con la suficiente inversión en la educación superior en el departamento?
HR: Es hora de que el país voltee los ojos hacia la biodiversidad que existe en la región e invierta en el campo de la investigación científica, a través de la universidad para darle uso a esta riqueza del departamento y convertirla en desarrollo económico, a pesar de que esta apuesta es a largo plazo. La idea no es que Quibdó en unos veinte años sea el principal centro de atención telefónica en América Latina, pero si el sitio donde se realiza la investigación aplicada a productos farmacéuticos y similares.
CNAI: ¿La cultura política que han comenzado a promulgar en Quibdó para una gestión de buen gobierno, incluye la elección de personas idóneas en las entidades de control?
HR: La reconstrucción de la institucionalidad en el departamento es una tarea que hasta ahora comenzamos a ejecutar en lo que tiene que ver con el gabinete municipal, esperamos que esta se logre extender también a las otras entidades como la Personería que tienen un carácter independiente. En lo que se está trabajando es en la posibilidad de que lleguen las entidades de control del nivel nacional, porque es la única manera de romper esas relaciones tan complejas que existe entre el mundo de la politiquería local con los organismos de control.