Los antiguos y experimentados políticos y administradores chocoanos fueron reemplazados por otros neófitos en estos asuntos; pero que ostentaban y ostentan título de doctor. Cartones que nos va tocar recoger y arrojar al río Atrato, porque no han servido para nada.
En este orden de ideas, tenemos que decir –sin temor a equivocarnos– que el Chocó es el ente territorial peor administrado de la división geopolítica del país. Esta situación aberrante ha traído como consecuencia el caos y el desgreño administrativo que cunde en todos los estamentos oficiales, tanto del orden municipal como departamental.
En lo que hace relación con el Departamento, se trata de un ente territorial en cuya gobernación no existe archivo, ni memoria alguna que permita tener una visión retrospectiva de los actos administrativos de los gobiernos anteriores; no solo de los actos administrativos propiamente dichos, sino también, de las actuaciones fiscales, cosa esta última muy grave.
Todas estas anomalías repetidas sistemáticamente, en más de cuarenta años, ha provocado la crisis más espantosa que se recuerde en la historia político-administrativa de esta región. Nuestro departamento se encuentra bloqueado, financieramente hablando. Las demandas, embargos y tutelas, resultado de las malas actuaciones laborales del pasado agobian a la Gobernación, tanto que está sumida en una galopante crisis de la Hacienda Pública. Todas las fuentes ordinarias de ingresos se encuentran pignoradas o embargadas en la fuente. El Departamento y Quibdó, su capital, están adportas del colapso final. Solamente las regalías del Presidente Santos están impidiendo el desenlace fatal.
Sin querer ser apocalípticos, puesto que de eso no se trata, tenemos que reconocer y aceptar, que los que han manejado el poder en el Chocó, después de 1966, con contadas excepciones que confirman lo que aquí se está diciendo, lo han hecho en forma errática. Muchos de ellos habrían desviado fondos públicos para su provecho personal, saqueado las arcas departamentales, y otros, por ignorancia, los han despilfarrado. Todo esto, sumado al pésimo manejo administrativo, nos tiene al borde de la des-membración.
La crisis en la salud departamental, en el hospital San Francisco de Asís, en el Deporte y en la educación, es una muestra clara e inequívoca de la gravedad del asunto. Lo cual no se resuelve con paños de agua caliente. El Chocó se encuentra herido de muerte y solo se salvará si hacemos un alto en el camino e iniciamos una revolución cultural para cambiar de mentalidad, como lo hizo Mao en la China.
Tomado de choco7dias
