Este viernes Otálora lo dijo así: “Las autoridades están en mora de adoptar medidas contundentes para frenar el maltrato de los grupos armados ilegales a la comunidad”.
“Las quejas recibidas advierten un clamor para que haya más presencia de la Fuerza Pública, para contener la amenaza de estos grupos que se han venido posicionando en la ciudad a través del boleteo y la extorsión”, agregó Otálora quien se declaró sorprendido por una modalidad delictiva que se viene registrando en muchos barrios del Puerto.
La situación es casi absurda: cuando la gente regresa de trabajar, tiene que pagar una especie de peaje para poder llegar a su casa en la tarde o en la noche.
Un panorama vergonzoso
Hace dos días el Defensor del Pueblo recorrió algunos de los barrios con mayores problemas de seguridad. Caminó por algunas de las zonas donde ahora las víctimas son recuerdos fúnebres: Seis de Enero, Juan XXIII, Gamboa, La Carmelita, entre otros.
Todd Howland, representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que lo acompañó en el recorrido, calificó como “una vergüenza” el panorama de Buenaventura al afirmar que luego de recorrer sus calles “da la impresión de ser un país distinto, en ocasiones parecido a una república africana”.
“Creo que el nivel de pobreza de Buenaventura es como El Congo y creo que no se pueden tener dos países en un mismo país”, dijo Howland, tras recordar que es obligación del Estado garantizar el acceso de toda la población a la educación, a la salud y a un trabajo digno.
El representante de la ONU comentó que lo sucedido con los grupos armados ilegales que afectan la seguridad de los bonaerenses, en gran medida, tiene que ver justamente con eso: “la falta de oportunidades que obliga a los jóvenes a vincularse a esas organizaciones”. Por eso, urgió también al Gobierno Nacional a adoptar medidas para prevenir este fenómeno y desestimular el reclutamiento.
Llegarían 5.000 los desplazados
El panorama que encontró el Defensor Nacional del Pueblo en su corta visita al Puerto, aun sin haber estado en sectores tan críticos como San Francisco o La Inmaculada, se refleja también en las cifras, los registros. De acuerdo con los conteos oficiales de desplazamiento interno que tiene la Personería Municipal, este fin de semana el éxodo de habitantes podría llegar este fin de semana a las 5000 personas.
La última radiografía presentada por la Personería de Buenaventura y la Defensoría Comunitaria, sobre los recientes hechos de violencia registrados en la ciudad, señalan por lo menos 56 muertes.
Estas muertes han sido el detonante de esos desplazamientos, de que mucha gente haya tenido que dejar sus casas, los barrios donde han crecido para escapar de la guerra que en las calles de Buenaventura están librando Los Urabeños con cualquiera que se atreva a desafiarlos.
Ya no sólo se trata de los miembros de La Empresa, antigua oficina de cobro bajo la influencia de Los Rastrojos; desde hace varias semanas Los Urabeños están intentando apoderarse de los cobros de vacunas en plazas de mercado, comercio, transporte. Y también estarían tratando de apoderarse de la búsqueda de oro a orillas del río Sabaletas.
Frente al fenómeno del desplazamiento, la Agencia de la ONU para los Refugiados, Acnur, dijo que la problemática puede ser aun peor puesto que hay un subregistro en las cifras.
La explicación que dan es sencilla: más allá de los desplazamientos masivos (seis de ellos ocurridos durante las últimas semanas), hay eventos individuales y ‘gota a gota’ que no son tenidos en cuenta por las autoridades.
Es por esta razón que a los 4600 desplazados que ya han sido contados y confirmados podría sumarse la suficiente cantidad de personas para superar la penosa cifra de los tres ceros. Y seguramente, de no hacer nada para evitarlo, en las próximas semanas podrían llegar a ser más de 5.000.