En Vigía del Fuerte los habitantes están sorprendidos porque la energía duró hasta las cinco de la mañana. La razón se debe a la tensión que se vive tanto en las autoridades como en los pobladores, para prevenir y estar alerta ante un posible ataque de la guerrilla. El 25 de mayo en la noche hubo hostigamientos en la Loma de Bojayá y en cercanías a Bellavista y a Vigía del Fuerte, mientras que la semana pasada se presentó el robo de cerca de 30 pipetas de gas. El miedo se ha acrecentado debido a la presencia del avión fantasma, de helicópteros y de miles de soldados, tratando de controlar la situación.
Se tienen informaciones de que las comunidades indígenas se encuentran vulnerables a los ataques, pero ellos siguen en la decisión de no desplazarse, sino de resistir en su propio territorio. En las cabeceras municipales hay “un silencio hasta raro” dijo la fuente que pidió no ser identificada.
La situación de temor se acentúa en la medida que los ataques en el Chocó se han incrementado. El 14 de mayo en una emboscada en el corregimioento de Tutunendo, municipio de Quibdó, la guerrilla dio de baja a cuatro soldados del batallón Manosalva Flórez.
Precisamente, el dos de mayo pasado se cumplieron ocho años de la masacre de Bojayá, donde murieron 79 personas y 119 resultaron heridos.
Redacción: Coordinación Regional del Pacífico Colombiano