En este informe se relatan las amenazas a la vida que sufren los habitantes de la región Pacífica comprendida dentro de la Diócesis: Tumaco, Barbacoas, Roberto Payán, Magüí Payán, El Charco, Olaya Herrera y La Tola.
El informe pretende hacer memoria histórica de tantos atropellos que sufre el pueblo afrodescendiente e indígena: hambre, desplazamientos, asesinatos que quedan impunes en un 99%, territorios controlados por los grupos armados ilegales, negación del derecho a la salud y un largo etcétera. Atropellos que muy pocas veces son recogidos por los Medios de Comunicación nacionales, pues como dice en el informe un líder afro: “pareciera que para el Gobierno nosotros no fuéramos Colombia”.
Este informe es fruto de una Iglesia que comparte los sufrimientos del pueblo empobrecido, una Iglesia que no se queda callada aceptando el “status quo”, sino que levanta su voz profética para defender a los oprimidos.
Monseñor resaltó que el objetivo del informe no es generar más violencia, o levantar heridas, sino mostrar la realidad para buscar juntos caminos de paz. Quiere ser un esfuerzo que contribuya a la paz, un llamado a todas las instancias del Estado para tejer lazos y construir juntos la paz, con justicia y equidad para todos, recordando aquellas célebres palabras del Papa Juan Pablo II:
“No hay verdadera paz sino viene acompañada de equidad, verdad, justicia, y solidaridad”.