Las comunidades indígenas desplazadas se encuentran en situación de hacinamiento en la comunidad indígena de Catrú Central. Pero además de las confrontaciones y sus efectos, desde hace varios meses se han venido presentando desapariciones, retenciones ilegales y muertes.
La Diócesis de Istmina-Tadó lamenta estos hechos, solicita respeto por los Derechos Humanos de los pueblos indígenas y el DIH. Asimismo, invita a todas las instituciones y entidades gubernamentales a hacer presencia humanitaria en esta zona, tal como lo manda la constitución colombiana a través de la ley 387 de 1997 y el auto 004 de la sentencia 025 de 2004.
Finalmente, piden al Dios de la vida que ponga fin a estos interminables hechos de dolor que llenan de sufrimiento la vida de los habitantes de esta Jurisdicción Eclesiástica.