Es un llamado claro al Estado para que le ponga más cuidado a Buenaventura, que no nos sigan viendo como una ciudad pequeña, que se dé cuenta que tenemos grandes problemas por ser una ciudad grande y tiene que dar soluciones acordes y no paños de agua tibia que lo único que hace es empobrecernos y ahondar más las dificultades.
Es un llamado al presidente y a sus ministros, para que en el marco de una declaratoria de emergencia social, pongan su mirada en la gente y apliquen las medidas de choque necesarias que tiendan a solucionar los grandes problemas que nos aquejan.
La sociedad civil se levanta y quiere que se le tenga en cuenta en la formulación e implementación de dichas medidas. Que no nos sigan ignorando y viéndonos como unos problemáticos, corruptos, ignorantes y sin liderazgo.
Con la marcha de ayer quedó claro el mensaje para los violentos SOMOS UNA COMUNIDAD DE PAZ Y QUEREMOS VIVIR TRANQUILOS, POR ESO ENTERRAMOS LA VIOLENCIA. AHORA TRABAJAREMOS PARA VIVIR CON DIGNIDAD.
Sabemos que es el principio de un camino duro y peligroso, porque hay que sobrepasar las barreras de la corrupción, la indiferencia, la incredulidad de muchos, la falta de voluntad política y el accionar de los violentos.
Agradezco de todo corazón el apoyo brindado por muchas personas y organizaciones que elevaron su voz de apoyo para con esta marcha y los procesos organizativos que se vienen gestando en Buenaventura. Espero seguir contando con Ustedes.
Que Dios nos ayude en esta tarea.
* Director de Pastoral Social – Diócesis de Buenaventura