Hace doce años, tres meses y trece días, Leiner estaba en la iglesia de Bojayá (Chocó) cuando un cilindro bomba, lanzado por las Farc, estalló en este sitio sagrado. En medio de los cuerpos que volaron en pedazos, de los gritos de los heridos agonizando, del llanto de mujeres y niños, Leyner logró sobrevivir. Pero no olvidó aquel 2 de mayo de horror. Desde entonces, se convirtió en vocero de las víctimas de esta masacre.
Este viernes 15 de agosto, Leyner se escucha ansioso. Minutos antes de que el avión despegara a Cuba, el líder habló con El País de la responsabilidad que siente al representar tanto dolor: el suyo, el de las víctimas de su pueblo, el de seis millones de colombianos que han sido mártires de esta guerra.
Leyner, en mayo pasado, cuando se cumplieron doce años de la masacre de Bojayá, usted me dijo que soñaba con viajar a La Habana para participar en la mesa de negociación. Hoy, ya montado en el avión que lo llevará a este lugar, ¿cuál es la sensación?
Son muchos sentimientos encontrados. Nosotros hemos vivido una historia muy dura, pero queremos aportarle a la paz y por eso creemos en este proceso. Entonces buscamos, desde nuestra experiencia, compartir nuestra visión del dolor y ver qué es necesario tener en cuenta para lograr una paz duradera.
¿Cuándo se enteró de que había sido seleccionado?
Ayer (jueves) al mediodía me avisaron. Antes nos habían insinuado que era posible que alguno de los líderes de las víctimas viajara, pero no nos habían confirmado nada; así que fue una sorpresa.
Usted, además de ser el vocero de las decenas de víctimas que dejó la masacre de Bojayá, también representa el dolor de seis millones de colombianos mártires de la guerra, ¿siente el peso de una gran responsabilidad?
Sí, claro, son seis millones de víctimas y uno ha sido elegido para representarlas. Siento mucha responsabilidad porque tengo que hablar en favor de mi dolor y el de todas las personas que han sufrido por los actores armados. Pero voy tranquilo, he tenido apoyo de la Iglesia, Naciones Unidas y la Universidad Nacional. Creo que la discusión de las víctimas tendrá una buena apertura.
¿Y sí tuvo tiempo de reunirse con las víctimas de Bojayá? ¿Qué recomendaciones le hicieron?
No alcanzamos a tener una reunión como tal, pero desde hace rato, en los foros regionales y en el nacional, se recopilaron todas las preguntas y propuestas de las víctimas. Entonces, lo que estoy haciendo es leer y leer esas peticiones para no dejar ninguna por fuera cuando tenga la oportunidad de participar en el diálogo.
¿Qué es lo que más piden las víctimas de una de las masacres más atroces que han ocurrido en el país?
Las víctimas de Bojayá queremos verdad, justicia y reparación. Queremos que nos respondan por qué asesinaron a tanta gente, dónde están los desaparecidos, dónde los dejaron. En materia de reparación, esperamos que se mejoren las condiciones de vida de la gente de todo el Chocó. En Bojayá ni siquiera tenemos un médico de tiempo completo ni energía todo el día, cosas tan básicas como esas. Además, continúa la presencia de actores armados ilegales.
Aunque se sabe que las Farc lanzaron el cilindro bomba que cayó en la iglesia y mató a 79 personas, ustedes, las víctimas, reclaman que también hubo complicidad del Estado con los paramilitares. ¿Se sigue ocultando la verdad de la masacre de Bojayá?
Sí, por eso nosotros esperamos que este proceso sea de gran aporte para que esa verdad salga a la luz porque la insurgencia, el mismo Estado, y todos los actores armados que tuvieron responsabilidad en la masacre, han intentado ocultar la verdad.
¿Qué les dirá a los jefes de las Farc que están en Cuba?
Que se comprometan con esos elementos de verdad. Que se comprometan a no seguir generando más víctimas. Que se comprometan con el país a que no seguirán sus actividades delincuenciales. Si veo una actitud positiva en ellos, de mi parte no habrá rencor ni odio. Las víctimas queremos reconciliarnos.
Entonces, ¿las víctimas de Bojayá están preparadas para perdonar?
No estamos preparados, pero sí dispuestos a hacer el ejercicio de perdonar. Aunque es difícil por el dolor que sentimos, sí hay una buena intención.
¿Y qué le pedirá al Estado, que, para muchos, se olvidó de Bojayá?
Que recuerde su obligación de garantizar y proteger los derechos de la población de zonas como Bojayá y el Chocó, donde seguimos marginados en educación, salud, vivienda.
Hay muchas quejas por la poca participación de las víctimas de las Farc en este proceso de paz, pues se dice que se les ha dado más espacio a otras víctimas. ¿Usted ha visto ese desequilibrio?
No, Colombia tiene que entender que este proceso busca construir reflexiones para generar políticas a favor de todo el conglomerado de víctimas que ha dejado el conflicto armado.
Entonces, ¿está de acuerdo con que el proceso haya incluido víctimas de los paramilitares y el Estado?
Sí, es que todas estas víctimas están legitimadas para participar en la negociación. Esta primera delegación de voceros está equilibrada, cuenta con toda la variedad de víctimas, de grupos de mujeres y jóvenes. Igual está no será la única delegación, habrá otras y esperamos que sean igual de buenas.