Esta cruda realidad de violencia sigue cobrando fuerza. El 30 y 31 de marzo de 2012 explotaron dos granadas, una contra la estación de policía y otra en el barrio El Progreso, más conocido como el Basuro.
El 1 de abril de 2012 en los barrio Polideportivo y Basuro se presentaron hostigamiento por parte de grupos armados. Al parecer hay presencia del grupo Paramilitar “Los Rastrojos”.
La situación de la zona rural es también complicada. En el río Satinga hace presencia las FARC, mientras que en el río Sanquianga, donde la situación de orden público es más difícil, están presentes el grupo guerrillero ELN y los paramilitares de los “Rastrojos”. Allí pretenden ejercer el control territorial, por lo que entran en discordias con líderes y lideresas de las organizaciones étnicoterritoriales, situación que pone en riesgo la vida de estas personas.
En la zona mar del municipio de Olaya Herrera, el día 27 de marzo son asesinadas tres personas y otra herida, quienes se desplazaban a través de los esteros en un bote cargado de gasolina rumbo al vecino municipio del Charco. Aún se desconoce el grupo armado que causó esta masacre.
En la zona urbana de Bocas de Satinga y Mosquera, con 13 mil habitantes y 5 mil respectivamente, conviven todos los grupos armados: Guerrilla con el Frente 29 de las FARC y el ELN; paramilitares de los Rastrojos y las Águilas Negras; la fuerza Pública con la Infantería de Marina, el Ejército Nacional y la Policía Nacional, y la fiscalía con el CTI. La incertidumbre, como es de suponer, es total.
Los feminicidios tampoco son ajenos al conflicto. El 2 de abril a las diez y treinta de la noche fue asesinada en el barrio Basuro, ZULY DAJOME MONTAÑO, una niña de 13 años de edad, y otra resultó herida. En este acto violento un joven fue desaparecido. En menos de un mes han sido asesinadas dos mujeres y otras dos han quedado gravemente heridas.
La parroquia del Señor de la Misericordia alerta y hace un llamado a las autoridades competentes para que ejerzan con eficiencia su labor ya que los habitantes de estos municipios viven constantemente amenazados con la presencia de estos grupos en su territorio con la complicidad y aval de la fuerza pública.
