El Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato (COCOMACIA), la Asociación de Cabildos Indígenas Embera, Katio, Chami y Tule del Departamento del Choco (ASOOREWA) y la Federación de Asociaciones de Cabildos Indígenas del Departamento del Chocó (FEDEOREWA) con el apoyo de la Comisión Vida, Justicia y Paz de la Diócesis de Quibdó lanzamos un SOS a la opinión pública nacional e internacional por las agresiones insoportables que decenas de comunidades afro e indígenas están sufriendo últimamente por parte de la guerrilla del ELN en las zonas rurales de los cuatro municipios de Bojayá, Vigía del Fuerte, Medio Atrato y Quibdó.
Durante más de 20 años los pueblos afro e indígenas hemos sufrido las horrorosas consecuencias del conflicto armado y por todo este tiempo siempre hemos apostado a una solución dialogada del mismo. Hemos recibido con mucha alegría y gran alivio el Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC y el inicio de los diálogos con el ELN. Hemos podido celebrar las pasadas fiestas de Navidad y Año Nuevo en una calma que no habíamos visto en las últimas décadas.
Desgraciadamente, se dañó esta calma, porque hace tres meses apareció en la zona arriba señalada un nuevo comandante del ELN alias “La Mona”, que trata a las comunidades con una agresividad y arbitrariedad nunca antes mostrada por parte de actores armados. “La Mona” llega con arma de fuego en mano, da órdenes, amenaza de muerte a los que no le quieren obedecer, amenaza a docentes indígenas, no deja hablar a nadie, desconoce las autoridades étnicas de los Cabildos Indígenas y los Consejos Comunitarios Afro, los obliga a ser sus mandaderos, acosa a mujeres, se apodera de motores, botes, gasolina, artículos en las tiendas, enseres de cocina y pone “vacunas” a las comunidades. El 12 de mayo, la víspera del Día de la Madre, asesinó al joven José David Mosquera Hurtado en la comunidad de Pogue/Bojayá.
Con la intimidación que ejerce sobre toda la gente “La Mona” quiere imponer la ley del silencio. Sin embargo, nos parece imposible que los mandos medios y altos del ELN no conozcan esta situación y nos indigna sumamente que ellos autoricen este tipo de atropellos. Por lo tanto, les advertimos que nuestra histórica capacidad de resistencia en medio del conflicto armado para la defensa de nuestro territorio está a punto de agotarse y en cualquier momento se pueden dar nuevamente desplazamientos masivos de miles de familias comparable con lo que sucedió después de la masacre de Bojayá el 2 de mayo de 2002. En este caso la responsabilidad caería directamente en la dirigencia del ELN.
Lo que menos queremos es que nuestros territorios se conviertan de nuevo en zonas de combate, nuestros pueblos en campos de batalla y nuestros jóvenes en botín para continuar la guerra. Seguimos creyendo en el diálogo como único camino válido que nos puede conducir a una paz digna y duradera. Por lo tanto, alimentamos muchas esperanzas de que el proceso de paz con el ELN, iniciado en la mesa de diálogo en Quito y reanudado ahora en La Habana, avance para el bien de las comunidades. Apelamos con urgencia a todos los actores armados, especialmente a los dirigentes del ELN, que terminen inmediatamente toda clase de atropellos contra nuestras comunidades y, de una vez por todas, nos dejen vivir en paz. Solicitamos a todas las organizaciones e instituciones solidarias que hagan valer sus buenos oficios para que los derechos de las comunidades indígenas y afro en el Medio Atrato y en todo el país sean respetados.
Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato Asociación de Cabildos Indígenas Embera, Katio, Chami y Tule del Dep. del Chocó Federación de Asociaciones de Cabildos Indígenas del Dep. del Chocó Comisión Vida, Justicia y Paz de la Diócesis de Quibdó