Las exigencias apuntalan el desarrollo económico globalizado de la economía rural, refiriéndose con esta última no solo a la agricultura sino a las múltiples actividades de la población rural incluyendo pueblos y ciudades, y señalan:
- Reorientar la producción hacia productos con ventaja competitiva y potencial de exportación.
- Desarrollar actividades agrícolas en las que se emplee mano de obra intensiva.
Implementar esas exigencias ha generando en nuestro país, mayor concentración de la propiedad de la tierra, desplazamiento forzado de personas por diferentes motivaciones como bien lo ha diagnosticado y denunciado la Mesa de Unidad Agraria Nacional presentando varias tipologías del despojo de la tierra, por vía violenta y por causas de inspiración económica como los son:
- Despojo de la tierra vía como respuesta al no pago de impuestos dadas las condiciones socio-económicas del sector.
- Despojo de la tierra por parte del sector financiero como forma de cobro de deudas.
- Implementación de Megaproyectos (por elevación del precio de la tierra, control territorial y del agua, monocultivo para reproducción de agro combustibles, etc.)
Esta dócil adecuación de las leyes y de las políticas publicas hacia el cumplimiento de estas imposiciones, deja entrever preocupaciones sobre manejo del sector por parte del Gobierno de turno. Para no ir muy lejos, con el programa Agro Ingreso Seguro, el gobierno de Uribe dio subsidios a grandes empresarios.
Por lo anterior cualquier decisión que se tome en el sentido de generar la reforma agraria o reivindicar los derechos patrimoniales de la población desplazada debe pasar por revisar las exigencias de la banca multilateral.
El Representante Wilson Arias dijo en el debate “Hoy que se habla de restitución de tierras con un animo reformista en relación con el tema del sector agropecuario y particularmente del tema de los desplazados, sostenemos que resolver algunas de estas causas ignorando o desatendiendo las otras que tienen que ver con el modelo económico imperante, sencillamente desdice de ese ánimo reformista tantas veces anunciado”. Arias advirtió en este sentido que la implementación de un nuevo modelo de desarrollo agrario y rural, exigiría entre otras, tomar distancia de los dictámenes de la tecnocracia del Banco Mundial, señalando que es indiscutible promover una política de restitución de tierras a los desplazados-víctimas de los diferentes factores de violencia, acompañada de un modelo de desarrollo agrario que frene la concentración de la tierra en manos de terratenientes nacionales y extranjeros, narcos y para el desarrollo de Macro proyectos que expulsan a la población rural y generan pobreza en el campo.
El Representante Arias manifestó que las acciones que se adelantaron en cuanto al direccionamiento del gasto público agrícola, los incentivos en el sector, las negociaciones en Tratados de Libre Comercio – TLC, el mercado de tierras, los servicios financieros, entre otros, por el gobierno de Álvaro Uribe favorecieron las grandes empresas extranjeras del agro, en contra de los pequeños campesinos del país, esta política denominada “revolución total del agro” tiene como proyecto pionero la compra de grandes extensiones de tierra sobre la faja del Orinoco por parte de la multinacional Mónica Semillas. Esta política no cambiarán con el gobierno Santos, y lo hace evidente en el plan de gobierno 2010 – 2014, que plantea, ampliar la Unidad Agrícola Familiar – UAF, protegida hasta el momento por la ley 160 de 1.994 para evitar grandes concentraciones de tierra, a solicitud por parte de los grandes empresarios inclusive brasileros y la formalización de los títulos de propiedad a pesar de las estimaciones que aproximadamente 4/5 partes de los desplazados no regresarían a sus tierras de origen, divulgadas por Alejandro Reyes.
La EXTRANJERIZACION es uno de los fenómenos a través del cual se consolidan las políticas de los organismos multilaterales: “El capital transnacional (China, los países del golfo, India, Arabia Saudita, Japón) viene concentrando la tierra en América Latina y en el resto del mundo para resolver los problemas alimentarios de sus ciudadanos. Cuando un Estado propicia la venta de su tierra esta atentando al propio tiempo contra su concepto de nacionalidad y autonomía”.
Indudablemente el problema del modelo económico actual se constituye en el mayor obstáculo para una verdadera reforma agraria y la restitución efectiva de tierras para los desplazados.
Tomado de la página de Wilson Arias, Representante a la Cámara