Fue a finales de los noventa que la violencia pisó tierra porteña. En ese entonces Buenaventura estaba tan empobrecida como ahora, pero la gente resolvía mínimamente sus problemas. La visita se hacía a los amigos en sus casas y no en el cementerio donde se abarrotan las personas a recordar a sus familiares. El puerto privatizado crecía a pasos agigantados, con ganancias millonarias para sus pocos dueños, mientras que los porteños se convertían en unos mirones que veían salir y entrar contenedores. Los barrios palafíticos recuperados al mar, los más pobres, estaban llenos de solidaridad, de buenos días en la mañana, de conversatorios entre vecinas en la paleadera, que es la parte de atrás de las casas. En aquel entonces la desconfianza y la inseguridad no trasnochaban a nadie.
Vicente Castaño y Éver Veloza alias HH, entre otros, comandante del bloque paramilitar Calima hacen revelaciones, sobre cómo empresarios, comerciantes y políticos contribuyeron a su llegada no sólo a Buenaventura, sino del paramilitarismo en todo el país. Desde ese entonces, y a pesar de las supuestas y rotas desmovilizaciones, una violencia macabra cubrió a Buenaventura donde se han vinculado niños y jóvenes en una guerra donde los muertos y los desplazados en su mayoría son población civil.
La situación se volvió más espantosa desde que se proyectaron diferentes megaobras y se construyó la carretera alterna interna para el paso de tractomulas con mercancías de importación y exportación en contenedores. Sus áreas aledañas donde convivían familias humildes en distintos barrios empezaron a ser desalojadas bajo presión de grupos armados, y a continuación aparecían empresarios construyendo bodegas para contenedores, con el visto bueno de la administración municipal.
Con la misma estratagema se construyó el puerto TCBuen (Terminal de Contenedores de Buenaventura) en su primera y segunda fase. Y en la misma línea va la construcción del llamado Malecón Bahía de la Cruz. Para la realización de todas estas obras se hace necesario desalojar a los pobladores afropacíficos, que entre otras prácticas, dependen del mar para su alimentación y sus quehaceres cotidianos.
¿Dónde está el papel del Estado? ¿Dónde está el cumplimiento del auto 005 de la Corte Constitucional? ¿Por qué se escuchan permanentes denuncias de connivencia entre fuerza pública y paramilitares? ¿Cuál es el papel de los funcionarios de la Alcaldía para garantizar el bienestar de los pobladores de la región, antes que el bienestar de empresarios de dudosa reputación que se presentan con escrituras o compra-ventas apócrifas de barrios enteros? ¿Por qué hay hombres armados civiles detrás de estos negociados, tal como lo denuncian muchos líderes, la Diócesis de Buenaventura y la Defensoría del Pueblo?
Si bien el narcotráfico es una causa importante de violencia y enfrentamientos entre diferentes grupos armados, sobre todo porque financia actividades ilícitas (y lícitas), no es la causa principal del desalojo de los pobladores. Éste se relaciona más con la construcción de las obras de infraestructura, que se acrecentará aún más con la denominada Alianza del Pacífico.
Como respuesta a esta cruel realidad, las organizaciones de Buenaventura y sus pobladores están dispuestos a movilizarse. Quieren levantarse contra la violencia y enterrarla definitivamente. No quieren vivir esa situación tan caótica. Para ello se hace necesario hacer una cadena de amor, de solidaridad, de compromiso que venza el miedo que se ha apoderado de la comunidad. Es tiempo de vencer a los violentos, a los armados y a quienes están detrás de ellos.
Desde una dinámica de la Reconciliación las organizaciones de base y la iglesia de Buenaventura se movilizarán el 19 de febrero con el lema reconciliarnos con nosotros mismos, con los demás, con la naturaleza y con Dios. Audio radial de la marcha
Necesitan todo el apoyo de las organizaciones solidarias, del sistema de las Naciones Unidas, de toda la iglesia colombiana, de la comunidad internacional, de la prensa, de los bonaverenses. Buenaventura es una ciudad de riquezas que no merece mantener a su gente en la más miserable de las pobrezas, bajo amenazas y el miedo.
COMUNICADO DE LAS ORGANIZACIONES CONVOCANTES
Cordial saludo.
Como es sabido por todos, Buenaventura pasa por una situación social muy difícil. Por un lado la situación humanitaria: las muertes violentas no disminuyen, las fronteras invisibles continúan, el control, el chantaje, la extorsión y amenazas se acentúan; el desplazamiento de la zona rural e interurbana ha aumentado con los días.
Según la Personería Distrital, solamente en el barrio San José hasta Enero 28 fueron censadas un total de 95 familias desplazadas (boletín 091), sin contar las generadas por la balacera del jueves 30 de Enero en las horas de la mañana.
La falta de empleo y la mala calidad de los existentes, la gravedad en la prestación de los servicios públicos domiciliarios especialmente el del saneamiento básico, acueducto, alcantarillado y aseo es cada día peor, se destaca el caso del agua, prácticamente no tenemos seguridad de la prestación de este fundamental servicio.
Además, se liquidó el Hospital departamental dejando a Buenaventura sin nivel 2 de salud, lo que ha dejado a los pensionados y el resto de la población padeciendo el paseo de la muerte y la mala atención en salud.
Por otro lado, las autoridades, están señalando que todo está controlado, sin embargo la población se encuentra cada vez más desesperada ante el asedio de los violentos y la baja calidad de vida de los bonaverenses.
Ante esta situación, organizaciones sociales, cívicas, populares, gremios y demás hemos decidido movilizarnos para protestar y exigir a las autoridades acciones concretas para cambiar la realidad actual y dar solución a los graves problemas que nos aquejan.
La Acción consiste en una marcha, el día 19 de febrero, partiendo del SENA a partir de las 8 A.M, la cual hemos denominado: ENTIERRO DE LA VIOLENCIA EN BUENAVENTURA.
Esta movilización tiene varios objetivos:
1º Oponernos radicalmente a la violencia que se ha vuelto estructural.
2º Entregar en los juzgados las acciones judiciales tendientes a resolver el problema del acueducto y saneamiento básico en Buenaventura.
3º Entregar un manifiesto a las autoridades e instalar una mesa de discusión, concertación y seguimiento, de las propuestas de las organizaciones, con la participación del Defensor Nacional del Pueblo, el Alcalde Distrital, Comandantes de la Policía, El Ejército y la Marina, Personería Municipal, el Obispo, Defensoría Regional y Distrital, entre otros.
Esperamos su decidida participación. Atentamente,
MONSEÑOR HÉCTOR EPLAZA Q., Obispo de la Diócesis de Buenaventura; VÍCTOR HUGO VIDAL, Concejal; ARCILO ROSERO C., Comité del agua; JUDITH SEGURA VALVERDE., Aciodiarpe; HUMBERTO HURTADO P. Coordinador CUT; ISAIAS CIFUENTES, COES; MANUEL BEDOYA, ANPA, y MARIO ANGULO SANCLEMENTE, Palenque el Congal/ PCN
