Bragg, que recientemente viajó a Haití para hacer el seguimiento de la ayuda internacional a las víctimas del terremoto de enero pasado, indicó en una conferencia de prensa que «la ONU y la comunidad humanitaria están haciendo todo lo posible por ayudar al Gobierno y las autoridades locales haitianas para responder» a la situación.
Indicó que según las cifras proporcionadas por el Gobierno haitiano, el brote de cólera ha causado la muerte a 138 personas y hay otros 1.500 casos.
La responsable de la ONU indicó que «ya se han movilizado equipos médicos, medicamentos, hospitales locales, 10.000 cajas con pastillas para purificar el agua y 2.500 bidones, y un igual número de cubos y botiquines sanitarios».
También indicó que ya hay varios equipos que están viajando a Haití para ayudar a las autoridades haitianas a realizar una evaluación de sus necesidades.
«El caso es que las muertes por cólera se podían haber prevenido, y que estamos haciendo todo lo posible para ayudar a las autoridades haitianas a que no se produzcan más fallecimientos», dijo Bragg.
Agregó que las agencias humanitarias presentes en Haití disponen de 300.000 dosis de antibióticos, listas para su distribución.
«El contagio de la enfermedad sólo se puede evitar con agua limpia, jabón y una mejora de la sanidad», dijo Bragg, que también señaló que el brote se ha producido en la localidad de St. Marc, que no es cercana a los principales campamentos de refugiados afectados por las víctimas del terremoto de enero pasado.
En Puerto Príncipe, el ministro de Salud Pública de Haití, Alex Larsen, cifró en unos 800.000 dólares el costo de las primeras medidas necesarias para combatir ese brote de cólera, que estalló a principios de esta semana y afecta sobre todo al departamento de Artibonite (norte) y a Mirebalais (este).