«Golpe a las Farc en Riosucio, Chocó, seis guerrilleros del frente 57 murieron en operativos conjuntos de la Policía y la Fuerza Aérea. En el bombardeo al campamento murió alias `Gloria`, ideóloga del grupo subversivo. En el lugar fueron incautadas armas y documentos del frente guerrillero. Un menor de edad herido que estaba en el lugar fue conducido y entregado a Bienestar Familiar». Así resumía la emisora La FM lo ocurrido el 17 de abril en el remoto río Quiparadó, en el alejado y abandonado departamento del Chocó.
Según la Asociación de Cabildos Indígenas del Chocó (OREWA) no es que hubiera un menor de edad en la zona por casualidad, sino que el bombardeo se produjo en plenas comunidades afro (Las Pavas) e indígenas (Quiparadó-Las Lomas). Según la denuncia a gritos de las comunidades, en el ataque de la Fuerza Pública murieron los afrocolombianos los José Ángel Mendoza Asprilla, Juan de Mata Perea Reyes y Mario Martínez Rivas, y resultaron heridos el afrodescendiente José Carlos Mendoza Mosquera y los indígenas Devinzán Undágama, de 8 años, Jhon Jairo Undágama, de 10 años, y su abuelo Amancio Undágama, de 74 años.
Los medios de comunicación de masas colombianos se han limitado a recoger la versión oficial de los hechos silenciando, incluso, el comunicado oficial de la OREWA y el informe de la misión de verificación que se desplazó a la zona el 20 y 21 de abril, con presencia de funcionarios de la Defensoría del Pueblo.
Radio Santa Fé, por ejemplo, insistía en su información (que reproduce de forma íntegra el parte militar): «La Operación Darién II permitió la neutralización del principal campamento del Frente 57 de las Farc en el Chocó y condujo a la desmantelación de la imprenta de propaganda del bloque Iván Ríos. El Frente 57 de la Farc es el más importante del Bloque Iván Ríos, debido a las actividades de narcotráfico y el tráfico de material bélico debido a sus alianzas con organizaciones internacionales».
En el informe de la OREWA se asegura que el día 16 de abril llegaron a la comunidad de Las Pavas guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que se intalaron cerca de las viviendas y se desplazaron por la zona. El día 17, a las 2 a.m. hora colombiana, empezó el bombardeo de la Fuerza Pública que alcanzó una casa civil donde murieron los tres civiles. Esa casa, según el comunicado de la OREWA, fue quemada posteriormente por agentes de la Policía Nacional.
Dice el comunicado de las comunidades: «A las 8:10 AM la Policía Nacional llego hasta el caserío de las Pavas y prendieron fuego sobre la vivienda bombardeada, la comunidad Indígena de Quiparadó- La Loma, vio que a lo lejos una casa se incendiaba así que ellos decidieron enviar una comisión para ver que estaba pasando. Cuando llegaron a la comunidad afrocolombiana de las pavas vieron que en el lugar se encontraba la policía terminando de incendiar un rancho que tenía la familia bombardeada. En el lugar de los hechos encontraron el mayor Indígena de 74 años herido, él les contó que sus nietos habían sido llevados en el helicóptero de la fuerza pública y que no sabia más de ellos. La comunidad le pregunto a la policía por el paradero de los niños, la policía respondió que habían sido traslados al hospital en Apartado debido a que se encontraban muy heridos».
Los civiles siguen atrapados en Colombia, entre los bandos, entre las violencias.