La policía antimotines se tomó el campus universitario mientras los estudiantes dormían y los obligó a abandonar las instalaciones alrededor de las 5:30 a.m.
Tras el desalojo, los estudiantes se congregaron a las afueras de la Universidad mientras cantaban arengas llamando a la solidaridad de la comunidad general. A la aglomeración se sumaron demás estudiantes y vecinos del sector. La policía al percatarse de la cantidad de personas concentradas que rechazaban lo sucedido, procedió a dispersarlas con el uso de la fuerza, desatando así enfrentamientos entre el pueblo chocoano y la policía.
Con el indiscriminado uso de gases lacrimógnenos que afectaban incluso a personas de avanzada edad y niños residentes del sector, se generó una indignación colectiva que motivó a que más personas se sumaran a la protesta con la cual se logró el ingreso de la comunidad al campus. A esta hora (4:45 p.m.) y con la comunidad y policía al interior de la Universidad, se respira un ambiente tenso en el lugar.
Puesto a que el campamento estudiantil que fue invalidado con la acción policial completaba 18 días y se desarrollaba en el marco de un Paro con pliego de exigencias, entre ellas la salida del rector García Vega quien lleva 12 años en el cargo, subsidios de transporte y recortes a las tarifas de fotocopias y almuerzos estudiantiles, entre otras; los estudiantes programan realizar una Asamblea general con la que -según ellos- se ratificaría la continuidad del Paro y el pliego de exigencias.
De manera adversa, las directivas de la institución, en cabeza de José Bejarano, jefe de Bienestar Universitario, señalaron a los estudiantes como los responsables de la situación, culpándolos de agredir a la policía en el momento de su ingreso.
Por ahora el número de estudiantes heridos es indeterminado, mientras que 12 personas fueron retenidas, 7 de ellas permanecen en la Fiscalía y se les ha imposibilitado la comunicación.
