Más de 35 delegados de 17 organizaciones del Pacífico, encabezadas por monseñor Gustavo Girón Higuita, obispo de Tumaco, se hicieron presentes en la ciudad de Cali el 23 y 24 de octubre de 2012, con el firme propósito de buscar salidas con clave territorial y de derechos étnicos, a las nuevas y avasalladoras problemáticas planteadas por el gobierno Santos.
El tema minero con sus impactos en el medio ambiente y en la población fue uno de los temas centrales, para lo cual, mandata la asamblea, es necesario hacer un plan de incidencia desde la base donde confluyan las diversas organizaciones del Pacífico en una sola voz, en alianza con plataformas nacionales e internacionales.
Es de destacar el fuerte impacto que las políticas mineras están causando en la alimentación de los pobladores del Pacífico. Graves cuadros de desnutrición, sobre todo en niños menores de cinco años, se han denunciado últimamente. Pero a la inversa van las políticas del gobierno que en vez de solucionar de una vez por todas estas problemáticas, les está imponiendo a indígenas y afrodescendientes el «deber» de entregar el territorio, única fuente de alimentación (incluyendo la pesca), para la explotación minera.
Otra grave situación se presenta en las principales ciudades del Pacífico con los asesinatos de jóvenes. En lo que va corrido del año sólo en Quibdó, Buenaventura y Tumaco han sido asesinados cerca de 400 jóvenes.
Es inaudito, denuncia la Coordinación Regional del Pacífico, que mientras aumenta el pie de fuerza estatal, se ve mayor circulación de armas en manos de jóvenes. Es cierto que muchos de ellos pertenecen a bandas criminales, pero también es cierto que muchos han sido asesinados por cruzar líneas invisibles en los barrios de las ciudades o por su vinculación a grupos armados organizados ante la falta de alternativas laborales.
El tema de la transversalidad de género fue uno de los retos de la nueva fase que emprende la Regional Pacífico. La conferencista y trabajadora de los derechos de la mujer, Janet Lozano de CODACOP, fue la encargada de compartir con la asamblea sus experiencias y las nuevas perspectivas y desafíos en el trabajo de género.
Estos y otros problemas que afectan el Pacífico fueron las motivaciones de la asamblea hacia la búsqueda de aliados para la construcción de un país en paz, equitativo y de derechos. No de los derechos que privan a las mayorías de la consecución del pan diario, de la salud, el empleo y un ambiente sano, sino de aquellos que brindan dignidad y bienestar a todos y todas.