La puesta en marcha de proyectos de agroindustria, como el monocultivo de la Palma Africana, no respeta el uso tradicional y la propiedad ancestral de estos territorios. La pervivencia de los Afrodescendientes e indígenas está directamente relacionada con la posesión y control de sus territorios, lo que han podido garantizar gracias a sus procesos de resistencia cultural y política. Hoy, estas comunidades siguen apostando por la afirmación de su subjetividad coloectiva con el concurso de la solidaridad de los Pueblos y de las instituciones que comparten su ideal de vida.