El clamor por el derecho a la salud de los habitantes del municipio, tantas veces pronunciado, tiene una carga de impotencia, no sólo por reconocer un Estado que no se identifica con las necesidades sentidas del municipio, sino que en Bocas de Satinga quien se atreva a protestar, a denunciar las arbitrariedades y los malos manejos administrativos es amenazado, a pesar de la presencia de la policía, del ejército y de la marina. Hay que señalar que Olaya Herrera es un municipio tomado por los grupos armados en connivencia con la fuerza pública.
La comunidad ha denunciado que en la ESE centro de salud “Camilo Hurtado Cifuentes” es escandalosa la no atención en salud eficiente y oportuna a la población desplazada, a quienes se les ha estigmatizado como indigentes y mendigos. Incluso, se les exige que deben dar un aporte económico, en caso contrario no reciben el ya precario servicio médico. La gente se pregunta, ¿por qué no funciona la ley 387 en el centro de salud de Bocas de Satinga?
Enfermarse es una odisea, pues en primer lugar es necesario sacar citas con anticipación y esperar el turno días, semanas o meses. Muchos de los exámenes no se realizan en el municipio entonces el paciente, algunas veces de su propio bolsillo, debe trasladarse a Tumaco, Pasto o Cali a hacerse los exámenes. Cuando es por urgencias la situación empeora pues el centro de salud no cuenta con una ambulancia. Ya se han dado casos de mujeres que han dado a luz en el trayecto hacia Tumaco o han fallecido, transportadas en las embarcaciones de pasajeros; la misma situación la padecen los heridos e hipertensos, principalmente.
Frente al incremento de la población desplazada y la agudización del conflicto armado, no existen programas sociales y de prevención que propendan por la salud física y mental de la comunidad. Actualmente hay un incremento de la malaria sin que los entes de salud tomen medidas. Así mismo, desde febrero de 2008 el acueducto municipal fue arrastrado por las aguas del río, sin que hasta ahora se haya restablecido el servicio, a pesar de las tantas promesas de la época. La situación del agua está generando problemas gastrointestinales, principalmente en los niños, y ha puesto en alerta y emergencia sanitaria a los pobladores
Y como si fuera poco, Bocas de Satinga no cuenta con el personal idóneo ni con un sitio cerrado y apto para hacer las autopsias, por lo que estas se realizan ante las miradas de los curiosos, convirtiendo lo que debería ser un momento de duelo y recogimiento para los familiares en un espectáculo macabro.
Es claro que la salud en Bocas de Satinga es el reflejo de la precariedad y la crisis de la salud a nivel nacional, pero también es cierto que hay una pérdida de sentido humano y de poca capacidad de gestión por parte del cuerpo médico y sus directivas para brindar un servicio eficiente a estos pobladores.
En las mismas circunstancias de desigualdad social, sobre todo en salud, que viven los pobladores afrodescendientes e indígenas de Olaya Herrera se encuentran los 47 municipios del litoral Pacífico colombiano. Mueren en medio de sus grandes riquezas naturales, que da prelación a una economía extractiva que a políticas sociales que subsanen los innumerables problemas de los pobladores.
