Skip to main content
Actualidad

Bomba en Cerro Tijeras, Cauca

By julio 11, 2010noviembre 9th, 2024No Comments

Andrés Zúñiga tenía 16 años y cursaba décimo grado. Germán Dagua era alguacil de la comunidad de Altamira y padre de cuatro niños; a pesar de las amenazas que había recibido junto a la dirigencia del cabildo se mantuvo firme en su intención de defender los derechos de los pueblos indígenas que habitan a esta altura de la cordillera occidental.

¿Por qué la violencia se ensaña contra los indígenas?

Recordemos que desde el año anterior las Águilas Negras a nombre del desarrollo encarnado, según ellas, por las multinacionales que a toda costa quieren explotar los recursos que reposan bajo la madre tierra, amenazaron a toda la comunidad por oponerse a la presencia de multinacionales en la zona, como la Ashanti Gold y Smurfing Cartón de Colombia. Ante las reiteradas voces de alerta levantadas a los cuatro vientos desde el seno de Cerro Tijeras, la respuesta ha sido un silencio cómplice y tendencioso.

“El que calla otorga” -dicen los mayores, y no es para menos, una y otra vez le hemos exigido al Ministerio del Interior que vele por la vida de los indígenas, que según constató y afirmó el Foro Permanente de Naciones Unidas para Asuntos Indígenas en su recién concluida visita a Colombia: “la
situación de los derechos humanos de los pueblos aborígenes colombianos es sumamente grave, crítica y profundamente preocupante».

Rechazamos a las multinacionales por azuzar una guerra fraticida contra los pueblos indígenas.

Condenamos a las autodefensas por ponerse al servicio obtuso de intereses corporativos y sangrientos.

Recusamos al Gobierno Nacional por su indeferencia e indolencia con la cual ya toma partido.

Reprobamos a las guerrillas por su actuar desenfrenado y ciego.

A unos y otros LES EXIGIMOS QUE ABANDONEN NUESTRO TERRITORIO: no los queremos, no los necesitamos, no los hemos invitados, no les hemos pedido que se queden, no nos interesa su presencia. Si su intención es amedrentarnos para desalojar nuestros sitios ancestrales y así poder entrar a sus anchas con máquinas y tecnología, la respuesta es categórica y rotunda: NUNCA NOS IREMOS.

CABILDO INDÍGENA CERRO TIJERAS