Pacífico, 2 de mayo de 2022
Bojayá, 20 años
Hoy se cumplen dos décadas de este horrendo acontecimiento que dejó al descubierto la tragedia de la guerra no declarada y muchas veces negada en Colombia.
Desde el 23 de abril de 2002 se evidenció y denunció que se venía un combate entre paramilitares que habían arribado a Bellavista (Bojayá) y a Vigía del Fuerte desde el Urabá, pasando por lugares de fuerte control de la Fuerza Pública como Riosucio.
La guerrilla de las FARC-EP se había replegado y había tendido un cerco sobre estos poblados. Era más que evidente la trágica trama que se avecinaba, como lo denunciaron y advirtieron a tiempo la Defensoría del Pueblo, la ONU Derechos Humanos y la Diócesis de Quibdó.
La indolencia del Gobierno Nacional de aquel momento se amalgamó con la irracionalidad de guerrilleros y paramilitares para consumar un combate en medio de la población civil inerme.
Al revisar estos 20 años se puede apreciar una acción diferenciada de los gobiernos que no ha posibilitado un diálogo real con estas comunidades para realizar acciones reparadoras auténticas, pero en particular para evitar la repetición.
El proceso de paz trajo un alivio temporal, pero desde mediados de 2018 se reapropiaron de este municipio otros actores de la guerra. El Estado de nuevo ha sido indolente y la población de nuevo enciende alarmas para que no se les siga atropellando.
Esta conmemoración no puede ser solo el recuerdo del dolor, debe emprender acciones efectivas para que se cumplan los compromisos asumidos por las partes en el marco del Acuerdo de Paz, empezando por la protección real de afrocolombianos e indígenas del Medio Atrato.
Jesús Alfonso Flórez López
Asesor de la Comisión Interétnica de la Verdad de la Región Pacífico – CIVP