COMUNICADO
- El profundo dolor y la tristeza que sentimos por el fallecimiento de cuatro personas y las heridas causadas a otras diez en el mencionado atentado.
- Reconocemos que la ciudad de Quibdó y el departamento del Chocó, han sido enormemente afectados con esta tragedia.
- Repudiamos enérgicamente estos actos de terror y expresamos a los familiares de las víctimas nuestra oración, cercanía y solidaridad en el dolor común.
- Como Iglesia, seguiremos trabajando por la defensa de la vida, el respeto a los derechos humanos, el acompañamiento a las víctimas, la denuncia ante las injusticias sociales, la promoción integral de las comunidades, y reafirmamos nuestras convicciones en el poder del Evangelio de la Vida como camino de paz y justicia.
- Interpretamos este acto terrorista como responsabilidad de personas que se mueven en los oscuros límites de criminalidad organizada. A quienes se atrevieron a destruir la vida de muchas personas, a incrementar el número de viudas, huérfanos y mutilados, los invitamos a una conversión sincera que les permita salir de la trampa de la ilegalidad y la pérdida de la conciencia y de los valores humanos.
- Requerimos del gobierno nacional y de los dirigentes locales, trabajar de una manera más decidida para que el pueblo chocoano tenga condiciones de vida digna. Sugerimos acciones concretas y audaces que aceleren el desarrollo integral de Departamento y se puedan superar los ciclos viciosos de empobrecimiento material y moral de la población. En este sentido, advertimos que, aunque los actos violentos contra la población civil obedecen a visiones egoístas y corazones enceguecidos por el odio, las situaciones de miseria económica, el desplazamiento forzado, el abandono del estado y las prácticas de corrupción, favorecen este tipo de violencias, muchas de las cuales se pudieran evitar si se ofrecieran a la población mayores oportunidades de estudio, trabajo, recreación, salud seguridad y otros derechos fundamentales.
- Exigimos de los organismos de control y la fuerza pública una acción inmediata que logre desmantelar, mediante estrategias sistemáticas y transparentes, las organizaciones criminales fuertemente estructuradas, las cuales han logrado someter e intimidar a gran parte de la población civil desde hace largo tiempo.
- Hacemos un llamado a toda la población chocoana para que continuemos trabajando por la paz. No nos dejemos desanimar por las personas que utilizan acciones terroristas como instrumentos de presión para sus intereses financieros y de poder. Pidamos al Dios de la Vida, que nos conceda poder gozar de la promesa de Cristo: “Yo he venido para que tengan Vida y Vida en abundancia” (Jn 10,10)
Diócesis de Quibdó – Diócesis de Istmina-Tadó
28 de Febrero de 2014