El dato es más preocupante si se conoce que en los tres meses de 2013 se registran cifras ascendentes. En enero era del 15,7%, en febrero del 17.5% y ahora subió al 20.1%.
Tras esta cifra se esconde una realidad social dramática, tanto de la mano de obra no calificada como de gran cantidad de profesionales sin posibilidades de empleo. Por otro lado, existen temores fundados que los índices de desempleo puedan elevarse aún más, ante la ausencia de planes y proyectos del gobierno nacional para crear fuentes de trabajo en el Chocó.
Quibdó, ciudad del rebusque
El terrible desempleo que azota a Quibdó la ha convertido en una ciudad del rebusque. Día tras día la mayor parte de los quibdoseños intenta conseguir unos pocos pesos con la venta callejera de frutas, pescado, verduras, jugos, comida o cachivaches, cargar paquetes o bultos en camiones o a la salida de los establecimientos comerciales, transportando parrilleros en motos, vendiendo lotería o minutos en los andenes, arreglando uñas a domicilio, etc.
Las mujeres se ven obligadas a salir de los hogares para ayudar a sus parejas a a sostener a la familia
Se observan mujeres en todas las actividades, como rapimoteras, en trabajos de construcción, lavando ropa, vendedoras informales, barequeando en quebradas cercanas, ayudantes de buseta, etc.
Y también algunas laboran como lustrabotas. Es el caso de Mildrey Rodríguez Romaña, de 32 años, a quien cariñosamente le dicen ‘La Mona’. Tiene 4 hijos, vive en el barrio Las Palmas y lustra zapatos y vende minutos en el parque Centenario de Quibdó. «Gano entre 15 y 30 mil pesos diarios y ayudo a mi compañero a construir nuestra vivienda».
Sandra Yaneth Murillo Sánchez, lleva dos años lustrando zapatos. «Sólo trabajo medio día para poder atender a mis hijos, y gano entre 10 y 20 mil pesos diarios. Con eso ayudo a mi marido para el sustento de la familia».