Diego el hijo de Colón detonó la desgracia con otros hombres de Colón, convencidos de un derecho divino a poseer, comenzaron la tarea de asesinato y extermiio de una población, aprovechando las rencillas intestinas, cometiendo crímenes como quemar viva a la deidad viviente Anacaona, quien les perdonó mientras era quemada e invitaba a sus hombres a perdonar, para convencer con el amor a los extranjeros que podrían convivir en una tierra tan grande: estaba equivocada la deidad viviente, porque estos hombres ambiciosos de sangre, carne nativa para violar y tierras, enseñados por el hambre y el mercantilismo incubado con los años, viajaron y trajeron con la bendición de papas, a prisioneros de guerra comprados en África y reducidos a la condición de los eslavos o eslavones, por eso se les llamó «esclavos negros», para diferenciarlos de los rubios eslavos o eslavones de Europa, subyugados por Griegos y Romanos.
¿Qué tiene esto que ver con los cimarrones? Pues bien, el sobrino de Ana Caona, Enriquillo, protegido y educado por curas de la línea de Sepúlveda y De las Casas, incubó la venganza con sangre fría y se dedicó a conocer al hombre blanco fingiendo sumisión, eso lo aprovechó para ir haciéndose a conocimientos y armas y un día, con la ayuda de los negros esclavizados, organizó una rebelión que lo llevó a fugarse a la parte occidental de la Isla, formando un enclave llamada Bajoruco, desde donde organizó una feroz y exitosa guerra de guerrillas que humilló militarmente a los invasores, hasta forzarlos a aceptar su soberanía militar y política en tan vasto territorio: era el año de 1535, dos siglos antes que el Palenque de San Basilio histórico (1713) y casi un siglo antes del Palenque de la Matuna en Cartagena de Benkos (1613).
En lengua taina la palabra XAIMARA, significa «la flecha que salió del arco», los fugados. Esta palabra sería hispanizada como cimarrón, para señalar al negro y al indígena rebelde, que no aceptó el yugo de la corona y formó pueblos libres: una constante en todo el Caribe y gran parte del nuevo mundo. Los cimarrones fueron combatidos con partidas de capataces mulatos y negros rastreadores en estado de esclavización o manumisión, conocidos como KAROMANTIES. El cimarronaje dio lugar con el tiempo a una lucha intelectual, con hombres nacidos en lugares como Jamaica y Trinidad, USA, Colombia y Brasil, quienes se rebelaron contra la ideologización y el catecismo de la supremacía blanca o blanqueadora: Henry Silvester William, Manuel Zapata Olivella, Boaventura de Souza, Marcus Garvey, HW Du Bois, Booker T Washington, George Washinton Carver, hasta llegar a este amigo que te escribe esta historia, como un niño, orgulloso de sus orígenes que en clases de primaria se las montaba al profesor, reclamando héroes indios y negros, porque no era posible que no los hubiera.
Hoy día, los karomaties y los cimarrones libran batallas, lamentablemente se extenderán estas a lo militar: Hugo Chávez (cimarrón) versus Barak Obama (karomanty), son los dos polos opuestos de afroabiayalenses, enfrentados desde lo ideológico, el primero anticolonialista, el segundo soldado del colonialismo y la supremacía europea y gringa del capital, contra la dignidad y el derecho a la igualdad de las naciones en el concierto internacional. Desde el bando independentista y cimarrón, doy cada día la lucha en Internet y en las aulas de clases, en los foros ideológicos, pregonando mi herencia y su derecho a hacer parte con dignidad de la historia.
Eso es Naizara, como un cuento apasionante, mi historia y la de mi familia, donde lamentablemente hay también karomanties ideológicos por ignorancia, el más grande veneno que pueda existir para el alma.