Esta vez no llevábamos los símbolos de las cadenas sobre nuestros cuerpos, pero al parecer cuando hablamos o gritamos el gobierno no entiende el mensaje de nuestras selváticas voces, voces negras e indígenas, voces chocoanas. Para el Estado nuestras palabras no son dignas de ser escuchadas. ¡Acaso no somos, merecemos respeto!
1. HECHOS
El 22 de febrero nos reunimos con delegados del Ministerio del Interior, INVIAS, Ministerio del Medio Ambiente, corporaciones regionales de Chocó y CORPOURABA, Colombia Humanitaria, Gobernación del Chocó y otras instituciones; con delegados de Contraloría, Procuraduría, Defensoría de Bogotá y acompañados con la voz solidaria de Iván Cepeda y de la Iglesia Católica en una reunión desde las 9:00 a.m. hasta las 12: 00 M, en la sede del Min. Interior.
2. RESULTADOS: Ninguno
Decidimos pararnos de la Mesa que no tiene el nivel de aprobación y donde los representantes del gobierno dicen no tener recursos suficientes para atender la situación y donde una vez más exigimos el derecho a la salud, al trabajo, a la alimentación, a la vivienda digna, a la seguridad y libertad y en definitiva a la dignidad humana para nuestros pueblos.
3. CONCLUSIONES DE LOS REPRESENTANTES DE LAS COMUNIDADES:
- Reorganizar la dinámica social en la región.
- Convocar a una gran marcha por la dignidad del pueblo chocoano: los pueblos negros e indígenas.
- Seguir convocando a la solidaridad.
- Esperar una última reunión con el gobierno con fecha de 2 de marzo.
4. OTRA TRAGEDIA – ALERTA SIGUEN MURIENDO NIÑOS
Con tristeza comunicamos la tragedia: una parte de la delegación que vino a Bogotá, regreso el viernes 26 de febrero a Riosucio, partiendo desde Turbo por el Golfo de Urabá, donde la panga (Embarcación) que los transportaba naufragó, perdiendo útiles escolares, alimentos y ropa que gracias a la solidaridad bogotana habían conseguido para llevar a sus familias.
Lo peor vino otra vez y murieron dos niños de otras personas que iban en la lancha que sufrió el naufragio.
La pesadilla de la muerte parece no tener fin, mientras no haya verdadera voluntad del Estado la situación no cambiará.
Volveremos a Bogotá con más fuerza y animo, hemos entendido el mensaje del silencio estatal, no queremos limosnas, somos ciudadanos y ciudadanas colombianas dignas.
Agradecemos a las instituciones, organizaciones sociales, personas que se han solidarizado con nuestra casa y a la ciudadanía de Bogotá por su amor, compromiso manifiesto y a los comunicados de agencias internacionales por su sincero apoyo a nuestra causa.
Caminaremos representantes de comunidades afros e indígenas para hacer más visible nuestro movimiento. La búsqueda de dignidad por el Choco continúa y no cederemos ni un paso en nuestras dignas reclamaciones.
Atte. Comunidades del Bajo Atrato