A pesar del combate la gente estaba dispuesta a quedarse como acto de resistencia en el territorio, pero la crueldad de la guerra los obligó a “desocupar mi casa, los cultivos, las actividades diarias, mejor dicho nuestras vidas” como dice una de las personas víctimas del duro enfrentamiento.
Ahora están el área urbana de Guapi, a la espera de las atenciones del Estado en su conjunto, ya que el retorno se debe brindar con garantías de derechos.
A la fecha de este boletín, se dice que el sitio es un campo de batalla por la alta militarización, las lanchas artilladas, los helicópteros sobrevolando y el avión fantasma.
Exigimos a las partes en conflicto el respeto al Derecho Internacional Humanitario, y avanzar con celeridad por una salida política y negociada al conflicto armado, por tanto reiteramos el llamado de que ya ES HORA DE PARAR LA GUERRA.